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Octubre 2013
Edición No. 296
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proponer como sociedadUna pregunta:

¿Cómo encontrarnos como sociedad y país para superar nuestros desacuerdos?

 

Luis Fernando Hernández González

El pueblo que no quería crecer. Ikram Antaki

En el México de hoy queremos justicia, equidad, igualdad, oportunidad, modernidad, competitividad, transparencia, avance, derechos humanos y rendición de cuentas, aspectos que intrínsecamente, nos conviertan en una sociedad fresca e innovadora en los aspectos legales, políticos, económicos y culturales, en donde los mexicanos tengamos respuestas ante los retos y opciones que plantea la realidad y que nos obligan a atender las condiciones en que se debate el mundo, para de esta forma cada una de las actividades que emprendamos como nación nos trasladen a ser una sociedad superior, democrática y moderna.

Situación que es difícil de solventar, si nos ponemos en conjunto a medita con serenidad y objetividad cada una de nuestras metas planteadas dentro del entramado social, y mire usted amable lector, si no es así, cuando encontraremos que un reducido porcentaje de nuestro gran mosaico pluriétnico, si tiene claro el sentido hacia dónde camina, al visualizar de forma consciente y congruente la forma de direccionar sus pasos para alcanzar cada uno de sus propósitos de vida; otro segmento, el de mayor volumen poblacional, por situaciones multifactoriales carecen de apreciación en la conquista de sus aspiraciones para la búsqueda de un mejor bienestar en su desarrollo social y humano, ambas consideraciones nos generan un enfrentamiento de inicio, en donde por un lado están los que lo comprenden y cuentan con la facilidad para lograr sus propósitos y por otro los que no aprecian su situación y carecen de lo indispensable por no decir de todo.

Todos queremos mejores instituciones, gobiernos en sus distintos niveles de aplicación, eficientes ante las demandas de la población, leyes justas y actuales, economía y finanzas redistributivas en el ingreso y crecientes para la prosperidad de la gente, salud y atención generalizada tanto a menores, adultos y personas mayores, educación de amplia cobertura gratuita y democrática, nuevas fuentes de empleo remunerativo y de amplia permanencia, partidos políticos y representantes populares que sean dignos y pulcros con ética y moral dignos de respetar la confianza de los ciudadanos, en todo ello, consiste la búsqueda de la claridad, la veracidad y la felicidad como sociedad, en todos nuestros actos.

De ahí por qué debemos de hacer un alto y plantearnos de manera por demás puntual hacia donde buscamos orientar nuestros propósitos generales e individuales para el logro de cada uno de nuestros planes y proyectos, toda vez que el tiempo apremia y la marcha de la humanidad es incesante y avanza a pasos de competencia darwiniana.

La pregunta que nos debemos de hacer es ¿cómo hacer entonces de la misma sociedad una entidad que este a la altura de sus compromisos y responsabilidades?, ante una competencia global que exige de mayor perfección y excelencia en todos los aspectos del quehacer humano, en donde cada uno de los individuos por sencillo y modesto que parezca su tarea la realice con esmero pensando en el contenido que significa para la sociedad la calidad de su trabajo y con ello los valores para su vida el esfuerzo que el mismo implica.

La otra respuesta descansa en el desarrollo social como estímulo a las competencias, destrezas y oportunidades que toda persona debe de poseer para estar en la posibilidad de lograr su realización plena y de su familia; y estos factores los encontramos en la educación, la salud, la alimentación, el ingreso, así como su entorno habitual que es su familia, su vivienda, sus servicios y su comunidad, que en conjunto es su cohesión social para su evolución progresiva.

La sociedad de nuestro tiempo día a día se vuelve mayormente exigente, demandante y objetiva, busca de la política y de cada uno los actores posiciones de actitudes congruentes, ordenadas y claras en los comportamientos y responsabilidades, en donde los resultados de la misma sean palpables, medibles, justos y definidos, pero desafortunadamente nos es muy difícil encontrar para cada uno de nuestros problemas y dificultades, los comunes denominadores de las ecuaciones sociales, en donde cada una de las fuerzas, grupos, organizaciones o individuos ajusten sus pretensiones bajo una tabla rasa que es al fin, el parámetro de igualdad entre cada uno de quienes integran el universo social, para poder transitar y darle viabilidad a la organización social a la cual pertenecemos todos, pues al no encontrar los puntos de coincidencia y de flexibilidad para el acuerdo, acabamos por enfrascarnos en el quebranto y la desunión, en donde nadie gana y perdemos todos.

El ejemplo más objetivo e inmediato lo tenemos en las reformas propuestas como son la hacendaria, la energética, la de comunicaciones y la educativa formuladas por el presidente Peña Nieto, con las cuales la administración federal visualiza la dinámica de la nación y el desarrollo, en donde la derecha aprueba solo aquellas modificaciones pro empresariales que dan fuerza a la privatización de instrumentos sociales y públicos, a la vez que rechazando las de cobertura popular que buscan beneficiar al pueblo al propiciar la justicia social y económica en las bases populares; por el contrario las fuerzas de izquierda desecha aquellas reformas que no tengan un contenido de respuesta social, manifestando mediáticamente su oposición a enmiendas que vengan a deteriorar el sentido rector en la autoridad del patrimonio nacional y por supuesto total rechazo a que existan estados de excepción en cuanto a obligaciones fiscales, pues según lo argumentan, esto solo vienen a ser instrumentos de acumulación de quienes tienen mayores ingresos en el país, dificultando con ello la distribución del ingreso nacional acorde al manda de nuestra realidad.

Esta es la realidad del México que queremos, con mayores oportunidades, buena seguridad, mayor justicia, gran competitividad, óptimo desarrollo.

La pregunta final ¿usted cree que podremos lograrlo con nuestras actitudes?


 
 
 

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